sábado, marzo 03, 2007

Duele la vida cuando en un corto espacio de tiempo descubres que eres la prima fea, que te has convertido (o siempre has sido) en un conjunto de patéticas imperfecciones y a eso hay que añadir la capacidad "enlatativa de sardinas" del cuerpo humano (pues lo del Duom no tiene nombre)

No se puede ir de este modo por la vida. Osea, uno con calma, sale de casa con las mejores intenciones de la vida, y encima hace como labores sociales, subir el autoestima a los adorables "losers" y esa clase de cosas (que te transforman inmediatamente en una prima fea a la fuga). Pero no es suficiente, nunca lo es. Esas teorias de ordenación universal con el equilibrio de las acciones como fundamento irrevocable, parece que funcionan para todo el mundo menos para mí.

Debo haber sido muy perro en alguna de mis vidas anteriores (y también de ladrar mucho) porque no logro una sonrisa divina (aunque nunca mayor divinidad que mi reflejo en el espejo).
Quizás todo esto es una treta para que sepa reconocer sin ninguna de mis clásicas dubitaciones el amor eterno, infinito y expansivo que espero que me aguarde en algún lugar. Porque después de casi veinte años empiezo a cansarme de mí mismo y necesito que alguien me ayude a sobrellevarme.

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