lunes, diciembre 18, 2006

Un día más, la desesperación de saber que algunos actos pasados ya son simplemente eso, pasado. Me corroe las venas porque pienso en el grueso de posibilidades que un solo milimetro de más en alguno de mis movimientos me podría haber brindado, pero que por algún motivo superior a mi "ello" no fui capaz de hacerlo.

Los remordimientos, arrepentimientos, sentimientos de culpabilidad y todas esas reacciones casi alergicas que determinados valores morales provocan en nuestro ser son casi lo peor de la racionalidad humana. Ese pensamiento planificador que nos invade a cada segundo impide que superemos nuestros temores más acendrados y hagamos aquello que deseamos.

Realmente el mayor de los temores es el ridiculo, la humillación pública, ese intento descerebrado de autoflagelación sacrificiosa que nos puede dejar a merced de las intenciones de los demás.

No hay bondad. Eso es una fantasía, una ilusión. Sabemos que la información es poder, control. Dejar que determinadas personas puedan tratar de manipularnos por un error nuestro puede ser un caso fatal de masoquismo.

Pero es que... dónde quedó el valor!? Por qué hay que resignarse a no hacer determinadas acciones? El ridículo es sólo otro estado mental más!!!

Si no quieres sentir ridiculo, no lo vas a sentir. Pensar en los demás para qué?... Realmente alguien piensa en ti? Tan importante te crees que eres?¿
¡¡¡CUANTA FE EN EL UNIVERSO!!!

Después de tanto discurso patético, únicamente me queda decir que pienso evitar pensar en qué pasará. No soy el primero ni seré el último en proclamar el "Carpe Diem" como la forma más apropiada de vivir la vida. Eso sí, con un mínimo de planificación.
Prometo evitar tener que arrepentirme de no haber hecho aquello que sabía que podía hacer; al menos lo voy a intentar un tiempo (si sale "fule" siempre se puede devolver que el consumidor es el que manda... o no?).

Ehms... pienso mucho en aquel momento, me hizo cambiar. No te puedo ver igual, es más, preferiría no tener que verte para no recordar que hubo un instante en el que te tenía y me tenías; nos prestamos una parte de nosotros, aquella que acostumbra a llevar una coraza. Pero sólo fue eso, un INSTANTE.

1 comentario:

Anónimo dijo...

amen a eso, que yo también estoy cansado de mirar atras y ver lo que pude hacer y no hice. Que estoy cansado de limites. Que ahora ya no espero que el destino me de las oportunidades, yo haré oportunidades, y esta vez, las aprovecharé.
Creo que me desvié del tema y divagué por mi camino...En fin
Encantado de leerte de nuevo
y aver si te pillo

~p